El sello del Noroeste es el contraste. Esta comarca acoge páramos, campos de viñedos y de cereales, arrozales y grandes montañas.
Los orígenes de su historia se remontan al Paleolítico y su condición geográfica, lejos de los tradicionales lugares de paso, convierte a sus
destinos en enclaves peculiares y muy diferenciados del resto de la geografía murciana